Enrique Bunbury ofreció un concierto histórico con el regreso de El Huracán Ambulante tras dos décadas
El pasado 25 de junio, Enrique Bunbury demostró por qué su música sigue ocupando un lugar esencial en la memoria colectiva del rock en español. Ante un público que agotó todas las localidades, el artista español presentó un concierto que duró casi dos horas y que será recordado no sólo por su repaso profundo a distintas etapas de su trayectoria, sino también por reunir nuevamente a El Huracán Ambulante, la legendaria banda que lo acompañó durante años y que volvió a compartir escenario con él después de dos décadas.
Desde los primeros acordes, quedó claro que la noche sería especial. El espectáculo comenzó con “Otto e mezzo”, un cover de Nino Rota que sentó el tono cinematográfico y nostálgico que atravesó toda la velada. De inmediato, el público respondió con ovaciones y coros que se mantuvieron constantes durante todo el concierto. Le siguieron temas imprescindibles de su carrera como “El club de los imposibles”, “De Mayor” y “El extranjero”, en los que Bunbury desplegó su característico magnetismo escénico mientras sus músicos —los integrantes originales de El Huracán Ambulante— tejían un sonido sólido que recordó a la mejor época de su carrera como solista.
El repertorio fue un auténtico viaje por más de 20 años de historia musical. Sonaron canciones de su nuevo material, Daños Luz, entre ellas “Para llegar hasta aquí”, “Big-Bang”, “El rescate” y “Las chingadas ganas de llorar”, que mostraron la capacidad de Bunbury para reinventarse sin perder su esencia. La audiencia recibió con entusiasmo estos estrenos, coreando versos que apenas empiezan a consolidarse como parte de su repertorio imprescindible.
La noche también reservó momentos de profunda emoción con clásicos como “Infinito”, “Sólo si me perdonas”, “Que tengas suertecita”, “Lady Blue” y “El jinete”, la versión de José Alfredo Jiménez que se ha convertido en uno de los emblemas de sus presentaciones en vivo. Durante “El jinete”, un silencio respetuoso invadió el recinto mientras Bunbury interpretaba cada palabra con una intensidad conmovedora.
Uno de los aspectos más comentados del concierto fue precisamente la reunión de El Huracán Ambulante, agrupación que no había tocado junta en un escenario con Bunbury desde hace 20 años. Este reencuentro, cargado de simbolismo, no pasó desapercibido por los seguidores, muchos de los cuales se formaron durante horas para asegurar su entrada a este momento irrepetible. La complicidad entre el cantante y sus músicos se notó en cada acorde, recordando por qué este proyecto marcó un antes y un después en su carrera.
La presentación incluyó además versiones muy celebradas de “Apuesta por el rock ‘n’ roll” de Más Birras y “Sí” de Umpah-Pah, que rindieron homenaje a algunas de las influencias que definieron su identidad artística. El tramo final fue un despliegue de energía con piezas como “Sácame de aquí”, “Enganchado a ti”, “Parecemos tontos”, “Serpiente” y “El viento a favor”, antes de cerrar la noche con “…Y al final”, un título que parecía subrayar la idea de que, aunque termine el concierto, el legado de su música continúa.
Con esta presentación, Enrique Bunbury no solo confirmó su vigencia y su capacidad de reinventarse con cada etapa, sino que también regaló a su audiencia la oportunidad de revivir la fuerza de una banda que marcó un capítulo decisivo en su historia. El concierto sold out fue la prueba de que su obra sigue siendo un punto de encuentro generacional que trasciende el paso del tiempo.
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