Beer Fest 2025: Jardines de México vibró con Alemán, Molotov, Kinky y Panteón Rococó en un festival de alto nivel


El Beer Fest 2025 fue mucho más que un festival de cerveza: fue una explosión de música, fiesta y energía que encendió Cuernavaca como pocas veces se ha visto. Con más de 50 cervecerías artesanales, zona gastronómica y un lineup de primer nivel, el evento reunió a miles de personas en una jornada que combinó lo mejor de la música y el sabor.

El punto más alto del festival llegó con las presentaciones estelares, donde cuatro gigantes de la música mexicana Alemán, Kinky, Molotov y Panteón Rococó pusieron al público a brincar, corear y desbordar energía durante horas.

Alemán fue el encargado de prender la mecha con una actuación potente. El rapero bajacaliforniano demostró por qué es una de las voces más influyentes del hip-hop latino, con barras afiladas, beats pesados y un carisma imparable. Sus temas más conocidos como “Tantas veces”, “Rucón” y “Mi tío Snoop” pusieron a cantar a todo el público, que lo recibió con los brazos en alto desde el primer minuto.

 Después fue el turno de Kinky, quienes transformaron el ambiente en una pista de baile con su mezcla única de rock, electrónica y funk. Sonaron himnos como “¿A dónde van los muertos?” y “Hasta quemarnos”, mientras el escenario se llenaba de luces y energía vibrante. La banda regia no falló: cada canción fue un subidón que hizo imposible quedarse quieto.

 


 La locura total llegó con Molotov, quienes rompieron todo con su irreverencia, crítica social y potencia. Desde “Frijolero” hasta “Gimme tha Power”, la banda desató pogos, coros y una conexión brutal con el público. El momento en que sonó “Puto” fue uno de los más intensos de la noche, con todos saltando al unísono en un mar de adrenalina.



 El gran cierre lo dio Panteón Rococó, quienes ofrecieron un espectáculo lleno de ska, mensaje y amor por su público. Con “La dosis perfecta”, “La carencia” y “Esta noche”, la banda convirtió el Beer Fest en una gran fiesta colectiva, con un mensaje de unidad, resistencia y alegría. El público bailó hasta el último acorde, demostrando que el ska sigue tan vivo como siempre.


El ambiente fue impecable durante todo el día. La cerveza artesanal fluyó generosamente, la comida fue abundante y sabrosa, y la organización brilló por su logística y atención. Áreas limpias, seguridad presente y una vibra inmejorable completaron la fórmula de un festival que quedará grabado en la memoria de todos los que lo vivieron.

Beer Fest 2025 fue un éxito rotundo. Cuernavaca demostró que tiene público, infraestructura y pasión para recibir eventos de este calibre. Y si algo quedó claro, es que ya todos están esperando con ansias la próxima edición.


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